lunes, 28 de abril de 2008

CLUB DE BALONCESTO RAPTORS CIUDAD JARDIN por Armando Pinto


LECTURA EDUCATIVA PARA PADRES

En minibaket e infantil estamos en una edad temprana en la que más que plantearnos el presente debemos trabajar en pos del futuro. Esto implica la necesidad de centrarse mas que en la adquisición de modelos técnicos propios del baloncesto, en el aprendizaje de habilidades y destrezas motoras que nos faciliten el trabajo para el aprendizaje de estas habilidades características del baloncesto en el futuro, y en él la interiorización de una serie de pautas de actuación y habilidades sociales y conductuales que sirvan de base firme para el trabajo futuro. Es por ello por lo que vamos a rehuir de “enseñar baloncesto” y vamos mejor a intentar acercar al alumno a lo que es el juego, el trabajo en grupo y la aceptación de una serie de normas sociales y de grupo. Trataremos en esta etapa de crear o/y potenciar el gusto por la actividad física y deportiva, la aceptación de la competición como una experiencia de doble respuesta (éxito – fracaso), la adquisición de habilidades predeportivas y sobre todo, buscaremos el disfrute en una actividad a la que, no lo olvidemos, se acude de una forma voluntaria, de tal forma que si no damos respuesta a las necesidades del almuno, será fácil que aparezca el abandono. Por todo ello, en esta etapa va a ser usado el juego como herramienta metodológica básica y fundamental. Vamos a tratar de buscar el sentido más lúdico posible a la práctica del baloncesto, tratando de fomentar posturas de cooperación. Los niños a esta edad (benjamín y alevín) tienen la imperiosa necesidad de jugar y este juego puede ser usado como un método excepcional de aprendizaje.
Al acercarse al mundo del baloncesto, el niño/joven debe aceptar una serie de normas y adquirir una serie de responsabilidades, para lo cual es imprescindible desde el principio intentar crear una idea de grupo. En una sociedad marcada por el individualismo y el interés personal es fácil desde el principio perder la perspectiva del trabajo en equipo. Es por ello que debe ser ahora, al principio de su formación deportiva, cuando son más fáciles de moldear, cuando hay que luchar con más ahínco por crear conciencia de equipo y por empezar a acostumbrar a las jugadoras de que buscando del beneficio al grupo van a salir más recompensadas que luchando por el interés propio. A estas edades, en las que prima por encima de todo él yo, puede ser complicado, pero es el momento de empezar la lucha que dará sus mayores logros en el futuro.
Será importante motivar a los alumnos a la práctica del baloncesto por las recompensas intrínsecas que nos aporta (estar con las amigas, conocer gente, mejorar sus destrezas, etc.), en lugar de centrarse en el aspecto más competitivo y en la búsqueda de la victoria. Intentaremos premiar en mayor medida los objetivos de realización (cooperación con las compañeras, adherencia al entrenamiento, realización determinado gesto técnico – por qué no -, etc.), dejando un poco de lado los objetivos de resultado (meter canasta, ganar determinado partido, quedar en un puesto en concreto en la clasificación).
Los objetivos que vamos a plantear para esta etapa van a ser fundamentalmente los siguientes:
• Adherencia al entrenamiento.
• Psicológicos y sociales:
• Autoconfianza.
• Motivación.
• Deportividad.
• Aprendizaje competitivo.
• Hacer amistades y relacionarse. Aprendizaje de habilidades sociales.
• Cooperación y trabajo en equipo.
• Autodisciplina,
• Diversión.

La adherencia al entrenamiento no debe ser entendida sólo como la asistencia y la puntualidad, sino también como la realización de todo aquello que propone el entrenador, además de hacerlo aportando el esfuerzo físico y mental necesarios para conseguir el máximo aprovechamiento de las actividades realizadas. Podemos resumirlo de la siguiente forma: asistencia – puntualidad – realización – calidad en la realización.
Desde el principio debemos hacer ver a nuestros jóvenes jugadores el compromiso que adquieren al apuntarse a esta actividad y hacerlas entender que lo opcional es apuntarse o no, no acudir o no. En el momento que deciden la pertenencia al grupo adquieren un compromiso, así como una serie de derechos y obligaciones. Entre estas obligaciones está la de asistir a los entrenamientos y partidos salvo que haya una causa mayor que lo justifique y entre las que debemos dejar claro que no está el estudiar o el hacer tareas del colegio, pero no por que no queramos ser comprensivos con ellas, sino por que bajo nuestra etiqueta de formadores, debemos educar a nuestros jugadorws en el hábito de no renunciar a ninguno de nuestros compromisos por la realización de otro, sino aprender a compatibilizarlos y generar en ellas conductas de compromiso, sacrificio, organización y esfuerzo. Deben aprender que hay tiempo “para todo lo que hay tiempo” y al decidir formar parte de un equipo estoy comprometiendo una parte importante de mi tiempo dedicado al ocio.
El baloncesto puede y debe ser usado para el crecimiento personal de nuestros jugadores. Es por ello por lo que prestaremos especial atención a una serie de aspectos psicológicos y sociológicos que deben ser cuidados.
Hoy en día suele unir con demasiada frecuencia el éxito en el deporte con el éxito en la vida. Si el niño se siente bien, disfruta y tiene éxito (entendido como un concepto muy amplio que no se resume a meter o no la pelota) en el baloncesto, estaremos ayudándola a su fortalecimiento como persona. El deporte debe ser entendido por ello como una valiosa oportunidad formativa que ayuda a crecer.
Pero para que el niño quiera acercarse a él y lo haga de un modo provechoso vamos a tener que motivarla por el mismo. Motivar es crear un clima adecuado despertando y manteniendo la curiosidad e interés para lograr una disposición positiva hacia el aprendizaje y esfuerzo. Debemos interesar a la jugadora y mantener ese interés cada día. Para ello será necesario que lo vea como algo divertido y atrayente, que lo vea como lo que es, un juego. Es por esto por lo que vamos a enfocar en estas primeras etapas los entrenamientos como un juego de una hora y media. En los entrenamientos primará el juego, que deberá ser hábilmente combinado por nosotros, los entrenadores, con actividades menos lúdicas, pero también necesarias. No debemos evitar que las jugadoras vivan también momentos duros en los entrenamientos, aunque la mayoría deban ser gratificantes.
El respeto a las compañeras y entrenadores va a ser algo inherente a la práctica deportiva, pero no debemos quedarnos solo ahí, también debe ser enseñado un respeto total hacia todos los personas que aparecen en el día a día: padres, jugadoras de otros equipos, árbitros, etc. Este respeto está unido a la deportividad que debe reinar en todas los partidos que disputemos. No serán tolerables conductas que impliquen enfrentamientos, discusiones, malos modos, etc. Nuestras jugadoras deberán respetar a los oponentes y deberán aceptar todo que el árbitro dictamine. Nosotros los entrenadores, en este aspecto, debemos ser un modelo eficaz. Aparte de las implicaciones formativas para nuestras jugadoras, debemos ser conscientes de que estamos representando a nuestro Club y la imagen que nosotros demos, es la imagen que la gente va a tener del mismo.
Además, vamos a usar la competición como un valioso instrumento de aprendizaje de todo lo que esta implica, lo que hemos llamado aprendizaje competitivo, que consiste fundamentalmente en descubrir la competición como un elemento de dos respuestas, victoria y derrota, y en la aceptación de ambas como posibles, debiendo aprender a ganar y aprender a perder, además de aprender a no relacionar el éxito solo con la victoria y la derrota siempre con el fracaso. Quien compite, debe aceptar la aparición de la derrota, pero debe también aprender a ver qué hay más allá de la victoria y más allá de la derrota, y enseñar esto es nuestra labor como entrenadores.
Trataremos por ello de aumentar su formación motriz y de enfrentarla a experiencias motrices generales, no específicas, con el fin de mejorar sus cualidades físicas coordinativas básicas (también llamadas complementarias) y sus capacidades perceptivo-motrices (que sirven para captar lo que la rodea y actuar en función de lo que ha captado). Las cualidades físicas coordinativas son las que regulan los movimientos como son el equilibrio y la coordinación. Su trabajo es fundamental en los primeros años de acercamiento de la niña al baloncesto. Las diferenciamos de las cualidades físicas condicionales (también llamadas básicas), que son la fuerza, la resistencia, la velocidad y la flexibilidad.
Debemos trabajar de forma global los elementos básicos de la motricidad. En el futuro ya se ajustará lo aquí aprendido a la técnica específica del baloncesto.
Haremos que el niño viva experiencias que lo vayan acercando al baloncesto y a la combinación entre cooperación y oposición.
Lo dejaremos que desarrolle sus propios esquemas motores, evitando obligarlo a una repetitiva, aburrida e innecesaria, en esta etapa, repetición de esquemas motores demasiado específicos del baloncesto. Cuidaremos pues no solo el qué enseñar, sino también el cómo enseñarlo. Esto implica descubrir lo apropiado para enseñar en cada etapa de la evolución de el niño (para lo cuál no nos fijaremos solo en su edad, sino también en su evolución física y en su bagaje previo), pero también descubrir los métodos más adecuados para hacerlo.
Dejaremos que el niño invente, que descubra, se equivoque y acierte por si misma pero guiado por nosotros. Esto desarrollará su creatividad y su imaginación, llevándolo a soluciones propias a los problemas planteados que tal vez nos sorprendan. No los encasillemos y cortemos su libertad. No queramos hacer pequeñas copias de los profesionales que vemos por la tele, pues ni pueden, ni deben y seguro que tampoco quieren.



El club espera que : primero les haya gustado, segundo que nos ayuden a mejorar todos los aspectos en sus hijos y tercero que no los castiguen con el baloncesto, ya que los que pierden son ellos.. por eso les recuerdo… EXISTES MIL Y UNA MANERA DE CASTIGAR A SUS HIJOS… (Televisión, comida, gustos, amigos, calle, etc,)

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